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Pasión por los majuelos y bodegas centenarias en Trigueros del Valle

Bodegas Tovar es el proyecto de Juan Carlos Prieto, una iniciativa que surge desde la pasión por los viñedos y la forma de trabajar la uva que se hacía antiguamente

 

Edu Mongil

Hacer las cosas desde la pasión siempre es garantía de cariño y dedicación. Desde Trigueros del Valle, en el corazón de la DO Cigales, surge el original proyecto de Bodegas Tovar, que está íntimamente ligado a la historia personal de Juan Carlos Prieto.

“Desde pequeño siempre he estado en las viñas. Mi abuelo Silvino ya vendía 500 cántaras de vino con cuatro hectáreas que tenía, y siempre he sido un apasionado”. Esa herencia familiar la ha transmitido también a sus hijos Juan y María, que colaboran activamente con él en Bodegas Tovar. “Para hacernos una idea, la primera foto que tengo con mi hijo es en un majuelo”.

La trayectoria profesional del impulsor de Bodegas Tovar ha estado siempre, de una manera u otra, vinculada al campo. Tras años en el sector hortícola, Juan Carlos Prieto ahora trabaja en Itacyl, pero su mente siempre ha estado ligada a la viticultura y a su tierra.

Viñedo de Bodegas Tovar en Trigueros del Valle.

Hace 25 años, Juan Carlos Prieto adquirió unos majuelos de viñedos viejos en Trigueros, una operación poco habitual y justificada por “resaltar el trabajo de nuestros antepasados en la viña”. En la actualidad, ya Bodegas Tovar ya cuenta con 13 hectáreas y media, de las que 11 son en propiedad, y de ellas, tan solo 7.000 metros son de herencia.

Son majuelos vetustos -el más antiguo data de 1869-, pequeños y dispersos, y que dan lugar a producciones limitadas, de entre 1.500 y 1.600 kilos por hectárea, ya que la producción es totalmente ecológica.

Esta labor de recuperación de viñedo antiguo ha conformado un conjunto muy singular y diverso, en el que se pueden encontrar multitud de variedades de uva. Tempranillo, garnacha, merenzao, mencía, malvasía riojana, albillo mayor, huerta del rey, morate… Son algunas de las uvas que se pueden encontrar en los majuelos de Bodegas Tovar. Y entre esos majuelos está al más antiguo de toda la DO Cigales.

Este trabajo de identificación de variedades aún no ha acabado, ya que, en colaboración con Itacyl, se continúan haciendo estudios de secuenciación molecular. La duda surge sobre cómo han llegado hasta Trigueros tantos tipos de uva diferentes, y las hipótesis de Prieto son diversas. “La mencía, por ejemplo, puede ser que algún antepasado se acercase a un vivero gallego y trajera esa variedad, por ejemplo”.

Bodega de bodegas

Tan solo un año después de la compra de los majuelos, Juan Carlos Prieto vio que vendían una bodega subterránea cerca del castillo de Trigueros, a la que posteriormente fue uniendo algunas colindantes. En la actualidad es un conjunto de cinco bodegas que están conectadas entre sí y que forman ‘Tovar, Bodega de bodegas’.

“Hace tres años me tocó en herencia una nave agrícola, que cuenta con otras dos bodegas subterráneas. Esa nave la usamos para elaborar el vino”, comenta Prieto.

Para el ‘alma mater’ de Tovar, “dar un paseo por bodegas de más de 300 años supone una carga emocional muy grande”, y es una “experiencia única” por varias causas. Una de ellas es la diversidad arquitectónica entre las diferentes cavas, ya que algunas fueron construidas por familias ricas de la zona, pero otras son más humildes.

Desde noviembre se han programado visitas enoturísticas al conjunto de viernes a domingo. “Aunque yo tenga la propiedad, es un patrimonio de todos, también del municipio, por eso hay que darlo a conocer”, defiende Juan Carlos Prieto.

Vinos alegres y frescos

Este viticultor, como así se considera, siempre ha vendido de forma sostenible su uva a bodegas que elaboran vinos de alta gama, pero quería también elaborar su propio vino.
En la actualidad la bodega desarrolla tres referencias, dos rosados y un tinto. El tinto forma parte de los Vinos de la Tierra de Castilla y León, y la crianza se hacer barricas de roble de maderas nuevas y jóvenes y en la bodega subterránea tradicional. Esto se traduce en un tinto muy alegre de beber y muy fresco.

Los otros dos vinos son rosados. Uno elaborado al estilo tradicional de la DO Cigales, combinando variedades tintas y blancas como tempranillo, garnacha o albillo, y el otro es un rosado pasado por barrica que se elabora con tempranillo, garnacha gris y albillo mayor.

“Mi idea al empezar este proyecto no era solo económica, pero también queremos ser sostenibles en ese sentido. Estamos en ello”, confiesa Juan Carlos Prieto, la ilusión de Bodegas Tovar, un proyecto desde la pasión, el cariño y la dedicación.

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