Aitana Sánchez Hernández
Lo que empezó como una búsqueda por conocer la historia bajo el nombre de una ferretería del centro de La Habana terminó convirtiéndose en una casualidad plasmada en un documental sobre emigración. Y es que Luis Enrique Valdés, dramaturgo, poeta y ex director de la Villa del Libro de Urueña, y el actor Alberto Maceo, son dos cubanos que emigraron a España y que decidieron juntarse para crear ‘Cabezones’, un proyecto audiovisual que persigue la historia de Nicolás Cabezón.
La idea del documental surgió por una ferretería de una calle muy pintoresca y en una arteria fundamental de La Habana. Pero no una ferretería cualquiera, sino la Ferretería La Cubana, su nombre real, o Feíto y Cabezón, por el que todos la conocen.
Los negocios habaneros que estaban en esquina solían tener el nombre de las dos calles que lo ocupaban, y este negocio no se llamaba Reina y Lealtad, algo que no entendían estos dos amigos.
Unos años después, en Urueña, municipio vallisoletano donde vive Luis Enrique Valdés desde que emigró, tuvo “un problema con un grifo”, lo que le hizo acordarse de esa famosa ferretería de La Habana. “Volvió a mí esa viejísima duda diez años después. Aunque yo tenía la teoría de que el dueño era feíto y cabezón, empecé a investigar y descubrí que se llamaba así porque la fundó un tal Nicolás Cabezón junto a su suegro, de apellido Feito”, expresa Valdés.
Resulta que Nicolás Cabezón fue un niño de la posguerra que había emigrado al pueblo vallisoletano de Pobladura de Sotiedra. “A mí se me pusieron los pelos como escarpias porque ese municipio está al lado de Urueña, que es donde yo vivo, y había pasado muchas veces. Además, la ferretería estaba al lado de mi casa en La Habana. No me lo podía creer”, detalla.
Luis Enrique llamó a su amigo Alberto Maceo y le dijo: “Tenemos que hacer algo con esto”. Los dos se presentaron allí y preguntaron por ellos. Su idea era grabarlos, conocer su testimonio y comprobar si efectivamente había una historia que contar. Y sí que la hubo.
El exilio
Esta es una historia de emigración. Una persona se ve precisada de la complejidad de abandonar su tierra. “Abandonas a tu familia, tu casa… Es una decisión durísima. Te vas a una tierra que te puede acoger mejor”. Y esa era la situación de los dos jóvenes cubanos, que hicieron el viaje inverso.
“Con Pobladura de Sotiedra nos encontramos un pueblo muy fotogénico, a pesar de ser muy pequeñito, y los testimonios de sus vecinos nos llevaron a la búsqueda de otro tipo de materiales”, aseguran.
Para ellos, lo más sorprendente fue el regreso de Nicolás. “Esa llegada de los cubanos con toda la prosperidad fue algo que les llamó mucho la atención, porque venían con frutas, golosinas y dulces que nunca habían visto. Era una familia obcecada en el esfuerzo y la supervivencia y por eso elegimos el nombre ‘Cabezones’ para el documental”, nos explican.
Un reflejo de emigración
Conocer a los vecinos y la relación personal que establecieron con ellos fue lo que más disfrutaron Alberto y Luis Enrique de todo el proceso, además de conocer su historia de primera mano y tener la posibilidad de contarla en su propia voz. “Nos dimos cuenta de que toda esa experiencia había calado en ellos de un modo muy especial”, señalan.
Los directores de este documental lo presentaron al público en el Teatro Zorrilla de Valladolid, donde hicieron dos pases y ambas veces con el teatro lleno. “Fue muy emotivo porque al principio no iban a venir los actores porque eran mayores, pero al final vinieron y tenerlos allí fue un momento muy especial”.
Aquel que se pare a ver ‘Cabezones’ se va a encontrar una historia de la emigración y el esfuerzo. “El público español va a ver de primera mano, en la voz de sus protagonistas, cómo fue ese tiempo en el que los españoles estaban forzadísimos a irse, esforzarse y levantar cabeza en otra tierra. El documental es un espejo nuestro para los emigrantes”, concluyen.